ORGANOPONÍA UNA VERTIENTE DE LA AGRICULTURA PROTEGIDA
Conocida como semi-hidroponía o geoponía, la organoponía es un derivado de la hidroponía que consiste en utilizar como sustrato a los residuos orgánicos que se producen en el hogar para cultivar hortalizas, hierbas medicinales, frutos o flores ornamentales. Éste sistema reúne todas las características de nutrientes para un óptimo desempeño de los cultivos sin utilizar productos químicos, obteniendo alimentos con mejor calidad.
Se estima que cada habitante de la Ciudad de México diariamente desecha un promedio de un kilogramo de basura, lo que implica que una familia produce aproximadamente un metro cubico, del cual el 40% que de lo que se produce en casa se compone de materia orgánica o desperdicios orgánicos, la base principal de la organoponía ya que gracias a estos residuos es posible crear un sustrato con más nutrientes.
Éste sustrato mejor conocido como composta contiene nitrógeno, fósforo y potasio, nutrientes que refuerzan a las plantas. También incluye minerales como el zinc y el magnesio que son indispensables en pequeñas cantidades para la fertilidad de la tierra, lo que ayuda a fortalecer y mejorar la calidad del suelo.
El cultivo sobre sustratos orgánicos gana espacio en la actualidad por diversas causas, ya que no siempre se dispone de un terreno con las características óptimas para el cultivo en el entorno rural y a veces aún disponiendo de él se requieren controlar determinadas condiciones que obligan a hacer huertas protegidas contra factores adversos tales como el riesgo de erosión, el drenaje, los vientos, entre otros.
En México hay un 52.86% de superficie territorial afectada por la erosión, por ésta razón la organoponía es una opción factible para contrarrestar los efectos que dañan a la tierra. Ésta técnica ofrece distintos beneficios como: el impulso a la convivencia comunitaria y la cohesión familiar, ayuda a complementar la alimentación, además permite aprovechar los residuos sólidos tanto orgánicos como inorgánicos, favorece los espacios porque recupera la las áreas verdes y sirve como un filtro depurador que permite la conservación, producción y propagación de distintas especies a través de hortalizas y los huertos urbanos.
Ésta técnica de agricultura urbana al igual que la hidroponía permite el cultivo en recipientes reciclados como: llantas viejas, guacales y cubetas. El sustrato que se utiliza es un 75% de hojarasca y 25% de residuos orgánicos, la ventaja de ésta, es que podemos cosechar verduras frescas con alto valor nutricional.
Se puede practicar en casa en distintos niveles, es decir en jardines, azoteas, solares, patios y en lugares donde el suelo no es fértil ya que gracias a la descomposición del sustrato que se utiliza es posible que la tierra sea prolífica. A diferencia de la hidroponía ésta técnica es menos intensiva, lo que significa que puede ser más lenta la obtención de productos, claro esto no disminuye la cantidad de nutrientes que contienen los alimentos.
Los cultivos organopónicos son viables porque en un año se puede producir entre 20 y 30 kilos de alimentos frescos (frutas y verduras) en un espacio de 1m2 de superficie si se cuida adecuadamente, además al igual que en otros tipos de siembra para aumentar su productividad se recomienda hacer una rotación de cultivos para aumentar los nutrientes de la composta.
Ésta modalidad de agricultura puede ser un complemento para producir hortalizas en el hogar. La hidroponía y sus derivados ayudan a crear un balance ecológico porque tiene la capacidad de disminuir problemas como la deforestación o la erosión del suelo.
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